El sistema realiza pruebas de fugas utilizando 30 cámaras especialmente diseñadas para verificar la integridad de envases farmacéuticos sellados, sin dañarlos. Una vez cerrados, los envases se trasladan por una cinta transportadora, se separan con precisión mediante un tornillo alimentador y se posicionan bajo cada unidad de prueba.
Cada cámara baja y encierra el envase dentro de una cavidad hermética con un volumen controlado. Allí, el sistema mide el vacío generado y observa cualquier variación de presión generada durante el ciclo. Si se detecta una caída de presión que supera los límites establecidos, se interpreta como una fuga potencial y el envase es retirado automáticamente del proceso. Solo los productos que superan la prueba pasan a la siguiente fase de producción.
Es perfecto para plantas de gran capacidad, este sistema de detección de fugas se integra fácilmente en líneas existentes, manteniendo un alto ritmo de producción sin comprometer la seguridad ni la calidad del envase.
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